Es una experiencia para amantes de los auténtico y verdaderos disfrutones. En el encantador pueblo de Rimor, rodeado de viñedos y cerezos os recibimos para mostraros nuestros paisajes y compartir con vosotros nuestra esencia, sin aditivos, pero con fundamento.
El recorrido incluye una caminata pausada por senderos naturales. Una parada en un mirador natural te permitirá contemplar vistas espectaculares de viñedos y paisajes idílicos, un momento perfecto para capturar recuerdos. La experiencia culmina con una cata guiada al atardecer, en un espacio decorado con mesas rústicas y luces cálidas. Degustarás vinos elaborados con nuestras uvas autóctonas procedentes de viñedos viejos recuperados con cariño. Te contamos como entendemos nuestra historia y parte de nuestra cultura, esa es la esencia de nuestro Proyecto Vinos cariñosos.
Actividad dogfriendly. Consultar y reserva previa.
Ideal para: Grupos de amigos, despedidas de soltero/a, familias aventureras, parejas románticas y personas que viajan solas buscando conexión con la naturaleza y la cultura local.
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Las visitas consisten en un paseo guiado por los viñedos dando información sobre nuestra forma de tratar las vides y la tierra. A continuación visitamos la sala de elaboración y la sala de crianza explicando el proceso de elaboración y crianza del vino seguido de la degustación de cuatro de nuestros vinos con productos artesanales de la región como queso de cabra o oveja y salchichón de la serranía y aceitunas de Ronda.
Bodegas Luzón es una bodega orgullosa de sus raíces y del territorio al que pertenece. Uno de los principales productores y exportador de vino de la D.O.P Jumilla desde su fundación por Don José de Molina, comandante de los Reales Ejércitos destinado en Filipinas, decide volver a su Jumilla natal tras terminar su carrera militar, poniendo como nombre a sus tierras “Finca Luzón” en honor a la isla en la que estuvo tanto tiempo y que siempre quedó en su recuerdo. Posteriormente, la historia de nuestra bodega se torna todavía más especial, cuando Don José De Molina decide vincular la herencia de sus tierras y su finca a la rama femenina de la familia, quedando así hasta mediados de los años 80.